5/11/10


La voluntad de los vencedores.
Salmo 27; 4


Tomando en consideración que “… si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural” Santiago 1; 23, tenemos delante de nosotros una Palabra que nos permite considerar (cual espejo) la realidad de nuestra condición en lo que se refiere a la voluntad que nos gobierna, y al hablar de voluntad nos referimos a la “Capacidad de esforzarse lo que sea necesario para hacer una cosa”; “Intención, gana o deseo de hacer una cosa”, “Potencia del hombre, que le mueve a hacer o no hacer una cosa” en otras palabras hablamos de la determinación, el ánimo, el deseo, la decisión, y la fuerza para aferrarnos al plan de Dios para nuestras vidas, como Iglesia y como individuos.

Los tiempos demandan una voluntad, en el cristiano, con rasgos que dignifiquen la vocación con la que ha sido llamado; el contexto en el cual vive y lucha la Iglesia exige de ella una voluntad preparada, sazonada, forjada para salir triunfantes y victoriosos.

La mera “memorización intelectual” de las promesas Divinas son insuficientes si no se tiene una voluntad “dispuesta para toda buena obra”; para ser hacedores de la Palabra se requiere mucho más que buenos deseos, se necesita una voluntad bien definida, sin claroscuros ni matices de incertidumbre.
El pasaje que leemos nos enseña como es la voluntad de los vencedores, y como es la nuestra en comparación:

¿Cómo es la voluntad de los vencedores?

1. Es una voluntad con propósitos definidos: “Una cosa es demandado a Jehová…”
Una voluntad con propósitos en estrecha relación con la voluntad de Dios.


Una voluntad sincera, sin ambigüedades, sin motivos impuros u ocultos.


Una voluntad que sabe lo que quiere, en Dios.

2. Es una voluntad tenaz: “esta buscaré…”
Tenaz: “Que se pega o prende con fuerza a una cosa”, “que opone gran resistencia a desgastarse o romperse”, “que se mantiene firme en sus ideas o intenciones y no para hasta conseguir lo que desea”
Voluntad tenaz que nos permite levantarnos y poseer, para “buscar el Reino de Dios y su Justicia”, para “olvidar lo que queda atrás y extendernos a lo que esta adelante”

Voluntad tenaz para renunciar a la pasividad, que nos permite pasar de lo soñado a lo realizado.


3. Es una voluntad perseverante: “Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida”
Que no cambia con el tiempo ¡persevera!
Que no retrocede o se rinde ¡persevera!
Que ha calculado el costo de sus decisiones, pero pese a ello no cambia ¡persevera!
Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente. 1 Crónicas 16; 11

4. Es una voluntad para adorar: “para contemplar la hermosura de Jehová…”
Voluntad para buscar el rostro del Señor (su hermosura)
Voluntad para buscar su comunión
Voluntad para buscar una experiencia fresca cada día

5. Es una voluntad dispuesta a aprender: “ Para inquirir en su templo”
Muchas de nuestras victorias dependen de nuestra capacidad de aprender
Es una voluntad rendida, no está tan interesada en hablar como en escuchar
Hoy en día existe un fenómeno en la Iglesia en la cual quienes más edad tienen en Cristo son los que se muestran más reacios a aprender, se niegan a ser enseñados, y su arrogancia les roba la bendición.



Reitero, los tiempos demandan de los miembros de la iglesia una voluntad firme, con propósito definido, tenaz y dispuesta a aprender. Una voluntad así sazonada tiene la victoria asegurada en Cristo; pero si no fuera el caso aquí esta el señor para renovarte y darte la fortaleza que tu voluntad necesita.

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