Al acercarse el fin de este 2011 es necesario que analicemos el trabajo que hemos realizado durante todo el año, las metas alcanzadas, las cosas que dejamos de hacer y pudimos hacerlas. No sabemos lo que nos traerá el próximo año, lo cierto es que nuestro compromiso con Dios debemos renovarlo, dejar de lado el conformismo y poner los ojos en el único que no falta a sus promesas, nuestro Señor Jesucristo.