12/2/12

Reflexión: La Naranja

Un ateo dictaba una conferencia ante un gran auditorio defendiendo la inexistencia de Dios. Después de haber finalizado su discurso, desafió a cualquiera que tuviera preguntas a que subiera a la plataforma.

Un hombre que había sido bien conocido en la localidad por su adicción a las bebidas alcohólicas, pero que había encontrado recientemente liberación y esperanza en Dios aceptó la invitación y sacando una naranja del bolsillo comenzó a pelarla lentamente.

El conferencista le pidió que hiciera la pregunta; el hombre continuó imperturbable pelando la naranja en silencio, al término de lo cual se la comió.

Se volvió al conferencista y le preguntó: estaba ácida o dulce?

"No me pregunte tonterías", respondió el orador con señales evidentes de enojo; cómo puedo saber el gusto si no la he probado?

Y aquel hombre, regenerado por el amor de Dios respondió entonces: "Y cómo puede usted saber algo de Dios si nunca lo ha probado?".

Romanos 14:11 "Porque escrito está: vivo yo, dice el Señor, que a mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios".

Por: Renuevo de Plenitud.com